Medellín cierra 2025 con un balance económico que confirma su transformación estructural y su posicionamiento como una de las ciudades más competitivas del país.
La capital antioqueña no solo muestra indicadores históricos en empleo e inversión, sino que avanza hacia un modelo económico basado en servicios de alto valor, innovación y conocimiento, consolidando un entorno favorable para el crecimiento sostenible.
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Un mercado laboral fuerte y en expansión
Uno de los principales hitos del año es el desempeño del mercado laboral. Medellín registró una tasa de desocupación del 6,7 %, ubicándose por debajo de ciudades como Bogotá, Cali y Bucaramanga, y consolidándose como el mercado laboral más sólido entre las principales regiones del país. Este resultado refleja una recuperación estructural y no coyuntural del empleo.
Por primera vez en la historia reciente de la ciudad, la tasa de desempleo femenino fue inferior a la masculina, marcando un avance significativo en equidad de género. A su vez, el desempleo juvenil alcanzó un mínimo histórico del 10,9 %, permitiendo que más de 36.700 jóvenes ingresaran al mercado laboral durante el actual periodo de gobierno, un dato clave para la sostenibilidad social y económica de la ciudad.
Ventana demográfica y productividad urbana
Medellín alcanzó su pico poblacional con 2,5 millones de habitantes, atravesando lo que los expertos denominan su “ventana demográfica”: la mayor parte de la población se concentra entre los 20 y 49 años, el rango más productivo. Esta condición ha impulsado el crecimiento de la fuerza laboral, que aumentó cerca del 15 % en la última década, con un dinamismo destacado en sectores residenciales como Belén y Robledo.
Este contexto ha permitido a la ciudad maximizar su potencial productivo, reducir la carga de dependientes y acelerar su crecimiento económico en un momento clave de su desarrollo urbano.
Mejores ingresos y reducción de la pobreza
El fortalecimiento del empleo se ha traducido en una mejora real de las condiciones de vida. La pobreza monetaria se redujo del 25 % al 22 %, mientras que la clase media se expandió hasta representar el 54 % de la población. Además, el ingreso promedio de los ciudadanos creció un 18 % entre 2023 y 2024, con incrementos especialmente notorios en las zonas Centro Occidental y Suroriental.
Un dato relevante es que actualmente el 62,4 % del empleo generado en Medellín es de calidad, lo que evidencia una transición hacia trabajos más formales, productivos y con mayor protección social.
Ecosistema empresarial e innovación en auge
El tejido empresarial de la ciudad también muestra señales claras de fortaleza. Medellín cerró 2024 con 118.441 empresas activas y sumó 19.412 nuevas unidades productivas durante 2025, principalmente en los sectores de comercio y servicios.
En paralelo, la ciudad se consolida como un hub tecnológico nacional, albergando 543 startups, equivalentes al 25 % del total del país. El ecosistema de innovación creció más del 41 % en el último año, lo que permitió a Medellín escalar 17 posiciones en el ranking global de StartupBlink, ubicándose en el puesto 145 a nivel mundial.
Inversión extranjera y comercio exterior al alza
La confianza internacional regresó con fuerza. En 2025, la Inversión Extranjera Directa (IED) se duplicó y alcanzó los 371,99 millones de dólares, con Francia y Estados Unidos como principales países inversionistas.
En materia de comercio exterior, las exportaciones industriales del área metropolitana crecieron un 51,9 %, sumando 1.750 millones de dólares a septiembre de 2025. Estados Unidos y Ecuador se consolidan como los socios estratégicos más relevantes, fortaleciendo la proyección internacional de la ciudad.
Una ciudad con proyección y confianza
Con estos resultados, Medellín se posiciona como una ciudad competitiva, confiable y con visión de futuro, respaldada por su talento humano, su ecosistema de innovación y una economía cada vez más diversificada. El balance de 2025 confirma que la capital antioqueña no solo se recuperó, sino que sentó las bases para un crecimiento sostenido en los próximos años, alineado con la tecnología, el conocimiento y la inclusión social.
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